Superar una infidelidad: Claves para "atravesar el infierno"
- Sandra Elizalde
- 21 jun 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 9 oct

Después de que en una pareja se vive una falta grave como la infidelidad, el sufrimiento que se experimenta hace que se sientan en el "mismísimo infierno". Es ese lugar donde quien cometió la falta se siente culpable y merecedor de todos los castigos por haber fallado, traicionado y herido a su pareja. Pero no solo llega ahí el que cometió la falta; también lo acompaña el agraviado, con el dolor que experimenta al descubrir que la persona que dice amarlo le ha sido infiel: la traición a los acuerdos, el menoscabo de su propia seguridad.
Consecuencias de la infidelidad en la pareja
Casi siempre, el agraviado se siente encargado de que el otro pague por la falta cometida ¿Cómo? De muchas formas: haciéndolo sentir que él (o ella) es el que falló, el débil, el que no tuvo templanza, al que no le importó su pareja ni su familia. A partir de ahora, el agraviado se ubica en un escalón arriba del otro. Ahora el "culpable" es el responsable de sacar adelante a la familia, emocionalmente hablando.
Algunos agraviados incluso llegan a alianzas con los hijos en contra del "culpable". Estas alianzas pueden ser explícitas (diciéndoles a los hijos lo que el otro hizo) o veladas (excluyendo al culpable de actividades o momentos entre él/ella y los hijos). Y haría falta otro post para describir el enorme daño que esto trae consigo a los hijos.
Pero, como mencionaba al principio, al infierno llegan los dos. Porque cuando el agraviado acepta darle una oportunidad al otro y seguir con la relación, es complicado sanar de la mejor manera. Muchos apelan al tiempo, a esfuerzos conscientes por mejorar su relación, a dejarlo pasar… pero el resentimiento queda ahí, y ese es el que lleva al infierno también a la persona agraviada.
El agraviado puede llegar a convertirse en un carcelero de la felicidad del otro
Con el argumento de que no quieren que el otro vuelva a fallar, piden cosas fuera de sentido, que en el momento son comprensibles por cómo se sienten, pero que a la larga son imposibles de sostener. Por ejemplo: revisarle el teléfono, que se reporte de cada movimiento que hace día a día, que se aísle de toda posibilidad de interactuar con más gente con la que pudiera ser infiel, etc.
Y si bien algunas de estas cosas ayudan a que el agraviado vaya recuperando la confianza, repito: estas situaciones son imposibles de mantener en el tiempo; no son ideales. Algunas son incluso humillantes para los dos. Es un infierno, dicen.

Son tantos factores que hay que considerar en el trabajo de superar una infidelidad, que solo un especialista, desde una postura imparcial, tiene la preparación para hacer las preguntas pertinentes y trazar la estrategia.
Cabe decir que hay parejas capaces de hacer este trabajo muy bien y logran atravesar esta etapa para salir del infierno. No todo es terapia; también influyen las fortalezas y herramientas de cada persona, el trabajo personal y la voluntad de los dos para salir adelante.
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