Decidí quedarme después de una infidelidad ¿Ahora qué sigue?
- Sandra Elizalde
- 5 sept 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 25 sept

Todos hemos una sufrido de infidelidad o hemos estado cerca de alguien que ha pasado por algo parecido. Hemos sido la hermana, la hija o la sobrina de la persona que fue engañada o de la persona que fue infiel, es decir, es algo muy común y sin embargo, aún se teme hablar del tema.
Cuando nos enteramos de que alguien cercano pasó por esto, nos apresuramos a juzgar y la mayoría de las veces condenamos a las personas que deciden quedarse después de una infidelidad, sin saber siquiera las razones que lo (la) llevaron a tomar esa decisión.
Irse no siempre es la salida más fácil
Antes era común que la víctima de la infidelidad (mujeres en su mayoría) se quedaran porque su seguridad material dependía de su pareja y porque se juzgaba duramente a las mujeres divorciadas. Ahora los tiempos han cambiado y las mujeres han demostrado que pueden hacerse cargo de sus vidas y sus hijos, además, hoy en día ya no pesa tanto el juicio moral de la gente… entonces ¿Por qué algunas mujeres (y hombres) deciden quedarse después de haber sufrido infidelidad?
Hay muchos factores a considerar. El tema más grave es la traición, la persona traicionada entra en un estado de dolor y confusión que le impide tomar decisiones fácilmente. Por un lado, la mayoría de la gente aconseja la separación, por otro, dejar a la pareja implica separación en varios niveles, depende del tiempo y lo que han construido juntos, los hijos y todo lo que los rodea. Así que si decidimos quedarnos ¿qué podemos hacer para trabajar en la relación?
Después de una infidelidad es necesario recalibrar expectativas
Dice Esther Perel, una gran psicoterapeuta belga, que en la actualidad esperamos que nuestra pareja nos dé lo que antes cubría un pueblo entero; queremos que nuestra pareja nos dé pertenencia, identidad, trascendencia, misterio y así un montón de roles (además de lo que el matrimonio ha de brindar). Y entonces tenemos muchísimas expectativas que sería muy difícil que una sola persona pudiera cubrir.
Cuando una pareja llega a terapia para superar la crisis que desencadenó una infidelidad es muy importante revisar las expectativas de cada uno. Es ahí donde descubrimos (en la mayoría de los casos) que es necesario recalibrarlas. Mi pareja puede que no cumpla con todo lo que quiero, ¿y quién dijo que tenía que hacerlo? Tampoco digo que hay que renunciar a lo que esperamos del otro, pero hay que empezar a hacernos cargo de nosotros mismos y nuestro desarrollo.
Seguramente podemos encontrar la manera de satisfacerlas nosotros mismos o con otras personas. Ser nuestra propia fuente de motivación, encontrar un grupo de amigos o compañeros de pasatiempos, personas con quien compartir eso que nos apasiona (hobbies, deporte etc.) o incluso buscar especialistas que nos orienten en determinado tema, de salud, crianza, etc.
Poner sobre los hombros de otra persona la responsabilidad de nuestra propia felicidad es una carga muy pesada. Las personas que llegan a terapia para tratar el tema de la infidelidad, con el paso del tiempo van avanzando hacia un crecimiento personal muy importante, descubren cómo seres autosuficientes merecedores de respeto y plenos, y es justo ahí donde se encuentran de nuevo. Dos seres completos que deciden vivir la vida juntos, ser testigos uno del otro de su transitar en esta vida.

Así que, si llega alguien cercano a ti a compartirte que sufrió de infidelidad, quizá lo mejor sería escucharlo (a) y ofrecer el apoyo que necesite, antes de juzgarlo si decide quedarse.
PD. Esto aplica a parejas donde esto ocurre inesperadamente. En las relaciones donde la infidelidad es la norma, es necesario acudir con un especialista para recuperarse del daño y fortalecerse para terminar la relación.
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