Mi pareja no quiere ir a terapia: 3 razones comunes para negarse a consultar a un especialista
- Sandra Elizalde
- 6 oct 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 9 oct

En las relaciones de pareja puede llegar el momento en que los problemas ya no son tan fáciles de resolver. Ya pusieron empeño en llevarse mejor, hicieron cosas distintas, pidieron perdón, pero aún no sale ese malestar.
Es entonces cuando se plantean acudir con un profesional, pero esto la mayoría de las veces se le ocurre a uno, no a los dos. Es muy com'ún que cuando me contactan para pedir informes me digan "Mi pareja no quiere ir a terapia" y en mis años de práctica he podido identificar varias razones por las que uno de los dos no quiere ir cuando se lo proponen:
1. Temor a ser juzgado.
Una de las consultas más comunes es por infidelidad y, paradójicamente, la persona que solicita la sesión a veces es la afectada que quiere sanar, y la parte que cometió la falta no quiere verse expuesta.
En la terapia se trabaja en un ambiente cordial, donde a través de las preguntas y el diálogo se llega a los puntos clave que ayuden a que se sientan mejor. No se les sienta en el "banquillo de los acusados"; se ofrecen vías para resarcir la falta y sanar las heridas.
2. Ya no quiere continuar con la relación.
Sucede que la crisis por la que atraviesan puede ser tan abrumadora que uno de los dos ya no quiera continuar. ¿Para qué asistir a terapia? Es aquí donde trabajamos para hacer un buen cierre, entender las razones por las que llegaron a ese punto, trabajar para sacar el resentimiento y terminar de la mejor manera posible, sobre todo si hay hijos de por medio.
A veces llega a pasar que la persona que ya no desea continuar con la relación, después de unas sesiones, ve otra salida a los problemas y entonces se abre a la posibilidad de continuarla. Los dos, con un trabajo personal, pueden sentar las bases para una nueva forma de relacionarse.
3. Le incomoda hablar con un desconocido de las cosas personales.
Sí, pueden ser problemas íntimos y delicados. Precisamente es cuando se debe acudir con un profesional para tratarlos, todo en un ambiente cordial y de estricta confidencialidad.
¿Y si mi pareja no quiere ir a terapia bajo ninguna circunstancia?
Se puede tomar terapia de pareja con solo uno de los dos, donde las sesiones van dirigidas a conocer la interacción y el origen del conflicto. Con uno que asista se logran cambios importantes que hacen que entren en una dinámica que ayude a la resolución de conflictos y mejorar la convivencia.

¡Dense la oportunidad! Desde la primera sesión conocerán y vivirán la experiencia de poder hablar de esos problemas tan graves en un ambiente cordial, imparcial, profesional y de absoluto respeto. Así, podremos trazar la estrategia para encontrar el camino hacia una mejor, sana y armoniosa convivencia.
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