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La salud mental como prioridad en la terapia de pareja


Si, ya se que es más que obvio que toda psicoterapia es en pro de la salud mental, pero hay quien piensa que la terapia de pareja es para salvar la relación a toda costa.

Y no siempre se puede.


Al consultorio llegan parejas con diversas problemáticas, pero hay unas en particular que asisten con la idea de que la terapia hará cambiar a su pareja en lo que ellos creen que está mal.

Así es. Acuden pensando que el terapeuta validará sus hipótesis y trabajará para que el otro se dé cuenta de sus errores.

Y tengo que decir que en la mayoría de los casos, la estructura que se lleva en el tratamiento hace que los dos trabajen por igual y que esa idea inicial se transforme en - el darse cuenta- de que son los dos los que tienen que esforzarse para recuperar la armonía en su relación.

Pero también hay casos en los que al ver que la terapia no va a "arreglar al otro que está equivocado" dejan del tratamiento.


También están las parejas que acuden porque alguno de los dos quiere continuar a toda costa en la relación, cuando hay varios elementos que indican que no es lo mejor y el más importante es que el otro ya no quiere estar. Y el trabajo de terapia va dejando al descubierto lo que cada uno siente desde el corazón y desde ahi es la comunicación, haciendo que este proceso sea lo menos doloroso posible.

Hay casos donde lo mejor es separarse, y que cada uno trabaje en una terapia individual. Todos traemos arrastrando carencias, y unos más que otros temas que tendrán que ver con su propia crianza o heridas fuertes de relaciones pasadas.

Se han venido lastimando tanto, que lo mejor es por separado sanar.


EL TRABAJO DE TERAPIA DE PAREJA EN PRIMERA INSTANCIA ES POR LA SALUD MENTAL DE LOS DOS.



Cuando hay hijos en una relación y los dos han tomado la decisión de separarse, hay que trabajar para que las heridas cicatricen bien, que no quede dolor que nuble las decisiones, ya que estarán relacionados de por vida a través de los hijos. Y que mejor que hacerlo en buenos términos y que los errores que cometieron en la relación se transformen en aprendizajes que los lleven a vivir de una mejor manera en el futuro con otras parejas, y que los hijos crezcan con padres tranquilos y en paz.

Así es, no todas las sesiones son hacia un mismo fin. Cada pareja trae su tema en particular, y en las sesiones iremos conduciendo para que se alcance la meta que ellos mismos definen en la primera sesión.

¿Que es lo que determina el éxito del tratamiento?

La disposición al cambio.

A la idea de que hay cosas que se tienen que revisar, que los han conducido a ese punto, que han sido conductas que de una manera sutil los han llevado a perderse el respeto, el cariño y la paciencia.

Y los dos han sido partícipes en cierta medida, y eso hay que verlo de frente, reconocerlo y cambiarlo.

Hay personas que acuden con una idea equivocada. Para todos, desde la primera sesión queda claro, cual es la forma de trabajar en la terapia, así que hay parejas que no regresan, y está bien, no es el momento. Pero de lo que estoy segura es que algo se llevan de esa única sesión que germinará en su ser.

Esa es la intención de la terapia breve.

Cada sesión abre y cierra con el propósito de que salgan sintiéndose mejor de lo que llegaron. Aún en los problemas y circunstancias más graves, todos tenemos recursos, fortalezas y herramientas que se Re-descubren en sesión y se echan a andar.


¡Vengan y trabajemos por el futuro deseado en su relación!


Sandra Elizalde.

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