Problemas de pareja viviendo con los suegros: ¿Por qué es tan importante mantener autonomía en su relación?
- Sandra Elizalde
- 20 sept 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 9 oct

Son varias las parejas que, por distintas circunstancias, iniciaron su vida juntos en casa de los papás de alguno de los dos y, en el mejor de los casos, al cabo de algún tiempo se van a vivir solos. En México es una práctica común: por costumbre, por falta de recursos para acceder a una vivienda digna y por el gran apoyo que puede significar la ayuda de los abuelos en el cuidado de los hijos de la nueva pareja.
Un gran porcentaje de las parejas que acuden a terapia se casaron o se fueron a vivir juntos debido a un embarazo no planeado, lo que las llevó a tomar la decisión de vivir juntos aunque no estuvieran preparados o no fuera su deseo en ese momento.
Según Rocío Vázquez (1), una gran maestra en la psicoterapia breve, los padres somos responsables de la formación de nuestros hijos para que alcancen tres pilares en su autonomía:
Cuerpo físico. Todo aquello que tiene que ver con la salud física: cuidados, alimentación, salud, higiene, ejercicio, hábitos preventivos y salud sexual y reproductiva.
Cuerpo emociona. Sistema de valores, autocontrol emocional, conciencia moral, sensibilidad a las necesidades de otros, asumir la responsabilidad de sus actos, desarrollar la templanza, comunicación asertiva, toma de decisiones, entre otros.
Financiero. A través de la educación académica, desarrollo de su talento para ponerlo al servicio de la humanidad y recibir un pago por ello, noción de generar un ingreso para vivir, hábitos de ahorro, entre otros.
Falta de autonomía en la pareja
En teoría, cuando dos personas deciden estar en pareja y formar una nueva familia, deberían tener desarrollados estos tres niveles de autonomía. Pero en la práctica, muchos aún no alcanzan este desarrollo y, en el peor de los casos, los padres siguen cubriendo las responsabilidades de los hijos y no les permiten alcanzar esta madurez por sí mismos.
Así terminan viviendo en casa de los padres, y no siempre es por el tema financiero, sino también por el emocional. Y aquí es donde se gestan muchos problemas:
Nunca será un terreno neutro: la familia, en caso de conflicto, siempre apoyará a su hijo(a).
Falta de privacidad: los padres y hermanos acaban involucrándose en temas y decisiones que deberían ser solo de la pareja.
En casa sólo hay una máxima autoridad: los papás. Así, aunque la pareja forme una nueva familia, la autoridad de los abuelos siempre será la superior y, por consiguiente, los hijos siempre serán tratados como hijos, incapaces de ejercer autoridad en su propio terreno.
Y muchos otros factores en contra más.
En algunos casos con los que trabajo en el consultorio, los problemas de pareja viviendo con los suegros son un tema central. Es algo muy complejo; muchos no se dan cuenta de lo perjudicial que puede ser, ya que están inmersos en la situación y no logran verlo. Sin embargo, para la pareja que llega a vivir ahí, sí es evidente, y con el paso del tiempo se vuelve más grave. Pareciera que solo ve lo negativo o que exagera, pero en realidad es la única persona externa al ambiente familiar y tiene otros parámetros y formas de ver la vida distintas a las de la familia a la que se integró.
Existe solución. Si bien lo ideal es vivir en su propio espacio, alejados de la casa de los padres, se puede empezar por reconocer cómo se siente cada uno, reparar el daño, sanar el resentimiento que pueda existir y poner límites claros. Sobre todo, fortalecer el núcleo de esta nueva familia: los dos como un equipo. Una nueva familia.

Fuente: 1. Terapia Breve Aplicada (Compilación, Varios autores) Pg 144 edit. Cree-Ser
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