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Los lentes mágicos



Pareja en cuarentena.


¡Quién lo diría!, estamos ya en el noveno mes en cuarentena, aun no se sabe a ciencia cierta el impacto que tendrá en la salud mental de todos. Para todos ha implicado un reto en menor o mayor medida, yo diría que MAYOR.

Para las parejas es en múltiples dimensiones.


En lo Físico:



Como a todos, restringirnos la movilidad, el trabajo desde casa, y lugares de ejercicio y esparcimiento cerrados.



En lo Económico:



Millones de personas en todo el mundo han perdido su fuente de ingresos, algunos más a punto de perderlo por esta prolongada cuarentena, y los gastos siguen corriendo.



En lo Emocional:



Con toda la incertidumbre que representa esta época, hay quienes perdieron ya a un ser querido, hay quienes están enfermos, hay quienes viven con mucho miedo por ser población vulnerable por alguna condición preexistente de salud, hay quienes han batallado con la organización y gestión de los tiempos de los hijos y la escuela en casa, hay quienes viven con el estrés de haber perdido su fuente de ingresos o estar en riesgo… hay confusión, estrés, miedo y ansiedad.


¿Cómo gestiona todo esto una pareja y sigue? Sin duda es complicado para las parejas que tienen una relación estable, para las que ya de por si estaban en deficiencias de comunicación y con otras dificultades, esto está representando un reto aún mayor. Hay estadísticas que ya están marcando un alza en los divorcios, ya incluso hay dictámenes del mismo en línea. Todo lo que facilite la separación. No así lo que ayude a las personas a enfrentar y resolver sus dificultades. Faltan apoyos gubernamentales también en salud mental.

Para las personas que llegan a consulta un ejercicio recurrente ha sido enfocarnos en el presente en el aquí y el ahora, qué SI tenemos HOY, desde lo más elemental: pan en la mesa, techo sobre nuestra cabeza, cama confortable y esa pijama tan querida y cómoda, la familia, los amigos, la pareja.



Tenemos el sol, los días nublados, el frío y el sabor del ponche, el desayuno con cereal, los domingos de tele.


Si tienes pareja y vives con ella: tienes su presencia, su calor en tu cama, sus ojos y oídos testigos en tu vida. Sus momentos buenos y malos y la cotidianeidad…





Si tienes pareja y no vives con ella tienes su pensamiento constante, su preocupación a la falta de mensajes, su atención a tus señales…



Si, tal vez estoy omitiendo lo negativo, pero, si aún son pareja y hay la esperanza de resolver las dificultades, ¿por qué enfocarme en lo negativo? Si en el inicio de la historia de la pareja fue tan bonito, ¿Qué pasó para llegar a ese punto? ¿Qué hizo, quien lo hizo y quién lo permitió?

¿Cómo, con la intención de seguir, lo dejaron pasar y se guardó el resentimiento que sin darse cuenta siguió presente y lastimando, tanto que, como una piedra que tiras por una montaña de nieve fue creciendo en una gigante bola hasta sentirte aplastado (a)?

Puede ser a simple vista complicado, pero la solución puede empezar por cosas simples que sumadas pesen más que los problemas.



Hoy, te invito a imaginarte que tienes frente a ti unos lentes mágicos, esos, los más padres, los que siempre has querido, o los más locos que pudieras tener, los tienes frente a ti y te los pones, y esos lentes tienen la capacidad de ver lo que tu pareja hace por ti de manera cotidiana, y maximizarlo: cuando te sirve una taza de café, cuando te plancha tu blusa, cuando te sirve la cena, cuando te abre la puerta, cuando te deja el baño listo y calientito para que no te enfríes, cuando lava tus trastes por ti. Todo eso que pareciera pequeño, estos lentes lo verán y sentirás que detrás de esas cosas hay un sentimiento de consideración hacia ti.



Luego entonces… ¿Qué harás para corresponderle?





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