En la vida cotidiana hay momentos de crisis en la pareja. Si echamos un vistazo al internet, encontraremos muchos recursos que prometen ser de ayuda, desde los posts de Facebook con frases de autoayuda, hasta artículos de publicaciones serias de alguna universidad. A veces pedimos consejos a algún amigo, otras buscamos respuestas en programas del corazón de la radio o la televisión… Sin embargo, ninguna de estas alternativas puede profundizar en tu problema (y en la solución) como lo haría la terapia de pareja porque:
1. La psicoterapia te da un panorama amplio y profundo de la situación.
En la primera sesión de terapia obtenemos toda la información sobre la historia de vida, el sentir y la manera de percibir la relación de cada miembro de la pareja. Es justo en este primer encuentro donde el especialista comienza a recabar datos que le servirán para el inicio del tratamiento.
2. La terapia es un ambiente imparcial, neutro y sin confrontaciones o situaciones que no aporten al tratamiento.
Hay personas que comentan sus problemas con sus amigos o familiares, pero estos no tendrán toda la información, solo la de la parte de quien habla, y siempre estará por medio la lealtad del vínculo que tenga con esa persona, así que en la mayoría de los casos los consejos pueden ser contraproducentes.
3. Un psicoterapeuta es un experto en relaciones humanas.
Alguien que ejerce profesionalmente la terapia de pareja es un especialista con formación académica específica, generalmente son 4 años de psicología más 2 años de especialidad (como mínimo); además de las actualizaciones constantes que surgen de acuerdo a las necesidades de la práctica profesional, ya que el campo de las relaciones humanas se transforma de acuerdo al ritmo en el que estamos viviendo como sociedad, pareja y personas.
Así que si cuando estamos con una infección respiratoria, vamos al médico ¿por qué no ir al psicólogo si hay un problema que no he podido resolver con mi pareja?